Cada noche, cada conversación, cada profundidad.
Dejamos de lado las preguntas.
Y preguntarnos, también lo dejamos de lado.
Nos dejamos escapar, mucho más allá de hacernos.
Nos dejamos de besos, de abrazos, de todas esas posibles conjugaciones físicas de dos cuerpos, del tuyo y del mío.
Y esto último, nunca me importó.
Nos dejamos escapar e igual esta huída,
sí que se me ha metido en el lado izquierdo del pecho.
Nos dejamos, sin más.
Y la paz me dejó.
Y es que paz, no se encuentra con cualquiera.
Porque hay personas, que son paz y a la vez guerra pero que siempre hay tregua con ellas.
Que huelen a nuevo pero que suenan a desde siempre.
Y tú, has sido mi paz y mi guerra, nueva, que suena a desde siempre.
"Nunca sabemos quién nos está echando de menos,
quién nos está leyendo,
quién nos está escribiendo,
ni quién nos está olvidando. "
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