Olvidamos que en la frontera,
no basta con tensar fuerte el deseo
hasta abrirnos la piel a fuego
para escaparnos entre orgasmos.
Y cómo escaparse
si la puerta se cerró,
con un absurdo dibujo emborronado,
como si fuera una brutal patada.
Y aquí estoy,
Y aquí estoy,
resignándome a escribir sobre lo mismo,
sobre la misma.
Aunque no lo entiendas,
Aunque no lo entiendas,
ni lo entiendan,
ni me entienda yo misma.
Lavando las tardes con besos imaginarios,
Lavando las tardes con besos imaginarios,
enjuagando las mañanas con caricias
de sábanas solas.
Cenando y recogiendo la noche,
Cenando y recogiendo la noche,
plegando el corazón,
aclarando la tristeza.
Centrifugando el miedo.
Se nos olvidó
Y la sentí tan adentro,
que aún me duele.
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