Google+

2 mar 2018

Ojalá me despierte y no busque razones

Llueve y lo peor de la lluvia es cuando te moja por dentro.
Cuando el tic tac del reloj se humedece y es como si no pasara el tiempo.
Otro día más en este callejón sin salida, donde la luna ebria me apunta con su mirada de plata.
Y aún así, no hay luz al final.

Me pedí todas las mareas, sí.
Y acabé convertida en tormenta, no sé a dónde van las almas atormentadas.
Emerjo de la nada para volver a sumergirme y así, de nuevo, arrastrarme entre corrientes de mentes inertes. No sé si las historias se vuelven del revés o es que queman por dentro los recuerdos efímeros.

Me busco.
Me vuelvo a buscar pero no sé dónde escarbar. Esta vez no.
Me arropa la noche, la soledad de la habitación en la que ha irrumpido el frío.
Tan de golpe, que han fallecido congeladas en el tiempo las ilusiones, las ganas.
Tengo el querer mal formado y algo abominable debe haber dentro de mí para que no sepa qué hacer ni cómo seguir. Ojalá dejara de tronar en mi cabeza.

Llueve...
                         Y me ahogo en este día gris.







No hay comentarios: