Por más que lo intenté,
nunca llegaste a comprender del todo,
mi empeño obstinado,
en aplicar
al billar de 3 bandas
la trigonometría plana
de tu cuerpo sobre el mio.
Tampoco tuviste muy claro,
por más versos que te escribí,
que en poesía,
las variantes son infinitas
y las musas,
aleatorias y escasas.
Del otro lado,
yo ni entreví siquiera
la razón de tus silencios,
tan largos,
tan callados.
Sin aclaraciones.
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